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Hasta del amigo hay que guardarse,
ni siquiera en el hermano se puede confiar,
pues los hermanos son suplantadores
y los amigos buscan calumniaros;
cada cual estafa a su prójimo
y ninguno dice la verdad;
enseñan a sus lenguas a mentir,
están pervertidos sin remedio:
opresión y más opresión,
engaño y más engaño.
Y es que no quieren conocerme
—oráculo del Señor—.

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